Jueves, 13 de Noviembre de 2025
Actualidad Camargo

​LA FAMILIA DE LA VÍCTIMA APELÓ LA DECISIÓN

Sospechoso de provocar la muerte Mario está con detención domiciliaria

1734
Sospechoso de provocar la muerte Mario está con detención domiciliaria
De los Cintis

El sospecho de provocar la muerte del universitario Mario Zelaya Budía la madrugada del lunes 25 de marzo se benefició con la detención domiciliaria con derecho a trabajo por decisión de un juez de Camargo, que atendió la audiencia de medidas cautelares.

Este actuado judicial se realizó el pasado martes y la decisión del juez fue apelada en la misma audiencia por la Fiscalía y los abogados patrocinantes de la familia de la víctima, informó el abogado Wilson Tito.

La madrugada del lunes fue encontrado muerto el universitario Mario Zelaya Budia, de 26 años de edad, en el Cristo de Camargo, aparentemente, por haber sufrido una caída que hizo que se golpeara la cabeza. Sin embargo, después la autopsia reveló signos de golpes en otras partes de su cuerpo, lo que hace suponer que fue atacado por otra persona, pero no se sabe quién.

LA INVESTIGACIÓN

Inicialmente, la Policía informó que la muerte fue producto de una caída de la plataforma del Cristo a donde habría llegado solo tras haberse desorientado porque estaba en estado de ebriedad; empero, cuando la familia exigió que el hecho se investigara y se cambió de investigador, se conoció que Mario estaba consumiendo bebidas alcohólicas en compañía de otro joven quien, delante de otras dos muchachas con estaban con ellos, amenazó a Mario de muerte en tres oportunidades, según la información que recabó De los Cintis.

Asimismo, se conoció que la gorra del joven amenazador fue encontrada en el Cristo, aunque no cerca del cuerpo. ¿Qué hacía esa gorra allí?

De hecho, estos dos elementos son parte de los fundamentos que esgrimió la Fiscalía para sostener su imputación por homicidio en contra del sospechoso, pero, además, se argumentó que el joven pidió a una las chicas que declarara en el sentido de que él se había retirado del grupo a las 22:00, cuando no fue así. También, otro testigo dijo que le vio en la calle a las 3:00 de la madrugada del lunes cuando el sospechoso y su hermana habían declarado a la Policía que ingresó a su casa a dormir a las 22:00 del domingo.

Por otra parte, según la fundamentación del Ministerio Público, se evidenció que el sospechoso describió con detalles lo que había hecho esa noche hasta de irse a dormir, pero cuando le preguntaron por dónde se había ido dijo que no se acordaba.

Te puede interesar
Sin identidad ni comunicación, Segundino vivió ocho años en la árcel como detenido preventivo
Culpina

Sin identidad ni comunicación, Segundino vivió ocho años en la árcel como detenido preventivo

Segundino Martínez Ortiz es su nombre, pero no existe constancia documental que lo corrobore. Con una discapacidad auditiva severa, lo denunciaron por supuestamente haber violado a una adulta mayor y lo encarcelaron en 2017. Se dice que el crimen fue cometido en su comunidad, La Loma del municipio de Culpina, pero extrañamente apareció cumpliendo detención preventiva en la cárcel San Roque de Sucre cuando debió ser trasladado a la carceleta de Camargo por cercanía. Al hombre le calcularon su edad, ahora, “oficialmente”, tiene 39 de los que ocho llevaba encerrado sin haber recibido una sola visita, desde que ingresó a la sección Población del recinto penitenciario de la Capital. Este caso evidenció fallas en el sistema judicial que en dos acciones desesperadas intentó mandarlo al Psiquiátrico Gregorio Pacheco y al Hogar de ancianos 25 de Mayo, hasta que el 7 de noviembre lo enviaron al Centro de Rehabilitación de alcohólicos Peniel de Yotala para cumplir detención domiciliaria.

Nueve años por nada: la historia de Richard Mamani y la justicia que llegó tarde
Villa Charcas

Nueve años por nada: la historia de Richard Mamani y la justicia que llegó tarde

El 27 de julio de 2025, cuando las puertas del penal de Morros Blancos se abrieron, Richard Mamani Martínez, del municipio de Villa Charcas, volvió a sentir el viento en la cara. Tenía 28 años y una vida suspendida. Había entrado con 19, acusado de violar a una niña. La justicia le había impuesto 20 años de prisión por un delito que nunca cometió. Nueve años después, con la mirada cansada y dos bolsas en las manos, el Estado apenas reconocía su inocencia.


Más leídas [Últimos 15 días]
Clima